Muchas empresas, con el fin de diferenciarse de sus competidores, apelan a la incorporación de paquetes de software que, lejos de ser una solución, muchas veces suman complicaciones a los procesos del negocio.
Esto no significa que la incorporación de tecnología sea una mala decisión, pero si el fin es diferenciarnos, el camino a seguir debe ser otro, que incluya en primer lugar un profundo conocimiento de las necesidades de la organización, sus fortalezas, sus debilidades, sus ventajas competitivas, las fuentes de diferenciación y, fundamentalmente, a partir de la cultura de innovación.
